En un Japón feudal alternativo, una extraña enfermedad que sólo afecta a los hombres provocó una reducción masiva de la población, dejando que las mujeres ocuparan los puestos vacantes, cambiando así la estructura social. Ahora, 80 años después del brote inicial con una proporción de 1:4 entre hombres y mujeres, Japón es una sociedad completamente matriarcal. Las mujeres ocupan todos los puestos políticos importantes y los hombres son sus consortes. Sólo la mujer más poderosa, la jefa del shogunato Tokugawa, puede mantener un harén de hombres guapos e improductivos, conocidos como "Ooku".