En Hong Kong, un asesino en serie vigilante deja avisos de muerte, indicando cuándo y cómo asesinará a una víctima. Incluso si la víctima lo denuncia a la policía y recibe protección, el asesino puede atravesarla fácilmente y ejecutarla. En respuesta, la policía crea un grupo de trabajo especial y revela una gran conspiración escondida detrás.