Sibiu, diciembre de 1989. En medio del caos y el pánico generados por las protestas de la multitud contra las autoridades, una unidad de la milicia se convierte en el blanco de un violento asalto que deriva en un sangriento enfrentamiento entre soldados, milicianos, agentes de seguridad y civiles. Al intentar escapar del asedio, el capitán Viorel de la milicia es capturado y acusado de ser terrorista.